Esta entrada está dedicada, como bien dije en la anterior entrada, al tema de la Educación en la sociedad de la información.
Primeramente os voi a remitir al artículo tratado y del cual yo he sacado la siguiente reflexión, o como queráis llamarlo. Espero que no se os haga muy pesado de leer, y que me comentéis que opinais. =)
Muchas gracias de antemano por dedicar parte de vuestro valioso tiempo en mi trabajo.
La sociedad de la información, es un término que parece marcar mucho la sociedad futura, la sociedad del siglo XXI, pero que realmente aun no está muy determinado. Por lo que he podido leer en otros artículos, entendemos por sociedad de la información, a priori, aquella sociedad en la que las nuevas tecnologías están al servicio de crear, distribuir y manipular la información jugando un papel muy importante en aspectos tanto sociales como económicos, o sin ir más lejos, de nuestra vida cotidiana. Esta sociedad es una sociedad muy exuberante (por la cantidad de datos que maneja), rápida, rompe con barreras geográficas, etc...
Ahora bien, ¿cómo entendemos este término desde el punto de vista educativo?
Una vez visto el significado del término, Sociedad de la Información, voy a pasar a hablar del término Educación.
Personalmente lo primero que se me venía antes a la mente al hablar de educación era el colegio, mis profesores, la manera de enseñar que tenían. Y sí, menciono la palabra enseñar, pues como bien dice el artículo la importancia siempre se ha puesto antes en la enseñanza antes que en el aprendizaje, confundiéndose este último con meros métodos de asimilación por medio de la repetición de la información, una y otra vez. Parecen primordiales más los resultados, que el proceso que se usa, y esto ha contribuido a cegar el campo educativo.
En el siglo pasado, las “modernas” TIC (televisión, vídeo…) tan solo eran un pequeño eco de lo que estaba formándose para el avance del campo educativo. Cuando esta idea pareció florecer, se intentaron dejar atrás pensamientos demasiado tradicionales, para que las escuelas pudieran adaptarse a esas nuevas tecnologías, pudieran adecuarse a un cambio que no solo mejoraría la enseñanza, sino también la idea que se había tenido hasta entonces del aprendizaje.
Así podríamos entender “Educación en la sociedad de la información”, como el aprovechamiento de las TIC para unos fines meramente educativos, con todo lo que este término conlleva. Así desplazamos un poco el sistema escolar como eje de la educación y damos cabida a nuevas visiones de educación.
Pero este planteamiento también nos presenta una gran traba: la desigualdad. Este punto es lógico y obvio, pues quién podrá llevar a cabo una educación más adaptada a estas nuevas tecnologías, será aquel que disponga de más medios, principalmente económicos, para desarrollarlo. Esta “injusticia”, quiebra la equidad y el bienestar de entre los diferentes centros educativos. Y puedo poner ejemplo que se da aquí en nuestra provincia de Ciudad Real, donde nos encontramos colegios que por suerte han obtenido una ayuda o subvención para adaptar su escuela a las nuevas tecnologías, mientras que otros aún siguen tirando del vídeo y la televisión. Así los primeros pueden disfrutar de un ordenador casi por cabeza, de pizarras digitales, etc.… que facilitan con creces su proceso de aprendizaje, mientras que los últimos aún siguen ligados a los métodos antiguos y tradicionales.
Ya para terminar, pues creo que ya he escrito bastante, voy a opinar más personalmente sobre esto. El término al que nos enfrentamos es un término tan amplio e inexacto que necesita actualizarse constantemente, pues al igual que el tiempo avanza, lo que hoy parece moderno probablemente, pronto deje de serlo, y habrá que volver a actualizar los términos una y otra vez. No se puede enmarcar este tema, pues es demasiado amplio. Lo mejor sería ir adaptándolo día a día. Pero no solo se debe adecuar la teoría, sino también todo aquel al que afecte el sistema educativo, ya sean maestros/as, niños/as, padres/madres… Todos formamos parte de él y por tanto si todos avanzamos debemos propiciar su avance también, dando mayores oportunidades de aprendizaje y desarrollo integral de los niños.
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